La relación entre tu móvil y tu salud
|Hoy en día, con 10 años, uno de cada cuatro niños dispone de un teléfono móvil. Y ocho de cada diez en la adolescencia, también dispone de uno. Los más pequeños suelen coger el móvil de los mayores, y en cuanto a los adolescentes, se pueden pasar horas y horas usando el teléfono. Pero, ¿sabemos realmente cuáles son los riesgos que corren? Los riesgos para la salud de los teléfonos móviles son más importantes en la población joven. Más información aquí.
¿Por qué los niños están más expuestos?
Los niños y adolescentes son el objetivo más vulnerable a las radiaciones de los móviles. Su cerebro es más pequeño y su sistema nervioso está en pleno desarrollo. Los niños fijan con mayor rapidez y de forma masiva las ondas con relación a los adultos, hasta un 50% más. Las precauciones a tomar son todavía más importantes en los más jóvenes. Lo ideal es no dejar que utilicen el teléfono móvil.
Las conclusiones inquietantes de la investigación
El Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer ha observado un aumento del riesgo de cáncer cuando los niños están expuestos a grandes cantidades de ondas electromagnéticas.
Un estudio australiano concluye que el uso del teléfono móvil estaría en el origen del aumento de casos de autismo en el mundo. El autismo, provocado por una intoxicación de metales pesados, es en efecto el handicap mayor aumento de estos últimos años, paralelamente al boom de los teléfonos móviles.
Según los expertos, la radiación electromagnética debida a los móviles parece retener los metales pesados en las células e impiden su eliminación. El uso de móviles y de todas las tecnologías sin cable aceleran la aparición de síntomas.
¿Cuáles son las precauciones a tomar?
Según la Organización Mundial de la Salud, las precauciones que se deben tomar para limitar los riesgos de ondas electromagnéticas sobre la salud de los niños son las mismas que en los adultos, pero se debe hacer un seguimiento más minucioso.
Conviene evitar mantener el móvil a demasiada corta distancia del cuerpo, particularmente de las zonas vulnerables como el cerebro o las partes genitales, incluso si el aparato está en modo carga o en stand-by.
Por esta razón, se debe priorizar el modo altavoz y los auriculares. Reducir el número y la duración de las llamadas, incluyendo una pausa de al menos una hora y media entre cada conversación. Así, sensatez y precaución son dos elementos a no perder nunca de vista a la hora de usar el teléfono móvil.